!REVOLUCION CULTURAL AHORA!

¡REVOLUCIÓN CULTURAL AHORA! por: Roberto Ramos-Perea

Cuando no se pueden tomar las armas por la obvia superioridad de las fuerzas del estado y del imperio, y la evidente imposibilidad de que un movimiento revolucionario masivo y armado -que no existe- pueda provocar un combate en iguales condiciones, o al menos condiciones que no sean a todas luces suicidas, como lo es en la actual situación de Puerto Rico, la indignación y la impaciencia que provoca la tiranía, necesitan dirección de acción.


A esta falta de dirección no le son útiles los mártires o provocadores, no necesita temerarios ni descontrolados. No necesita fanáticos de la ira. Necesita foco, algo de paciencia y mucha agilidad. Como un entrenado cuerpo hábil que se confunde con la noche, como un combatiente desapercibido y silencioso, el movimiento de agresión debe establecer estrategias agresivas y certeras. No habrá mejor arma contra el descaro que el sigilo, no hay mejor golpe que la sorpresa, no hay mejor grito de guerra que el que se lanza, no contra el opresor, sino al vecino y camarada; ese grito no es el que atemoriza al enemigo, ¡sino el que despierta al compañero!


No hay que sufrir a solas con la trágica derrota, ni soñar con el fácil y acomodado triunfo, sino seguir combatiendo, incansablemente, porque un enemigo muerto, es un espacio para un soldado nuestro más.


¿QUIÉNES SON LOS ENEMIGOS?


La lista es amplia y podría ser injusta; enfocar es preciso. El enemigo es todo aquel que niega tu NACIÓN PUERTORRIQUEÑA. Todo el que niega tu IDENTIDAD. Todo el que niega el merecido futuro civilizador de paz y de beneficio colectivo que todo país soberano debe gozar. Tu enemigo es el que te roba todo por lo que has luchado para él gozarse en su riqueza.


¿CUÁL ES EL CAMPO DE BATALLA?
EL PRIMERO CAMPO DE BATALLA ES TU CONCIENCIA.


Tu lucha va detrás de TU BANDERA. Es tu espacio en el mundo. Es en tu conciencia donde dices tu nombre muy firme y tras decir "yo soy quien soy", dices con todas tus fuerzas "Y SOY PUERTORRIQUEÑ@". Entonces entra en tu alma un suspiro de ternura único, una pasión inequívoca de subsistencia, una milenaria resistencia incuestionable, una esencia insobornable en la que te unes a un pasado glorioso de afirmación, lucha y entrega. Porque cuando ERES PUERTORRIQUEÑ@, la Historia de tu Nación acelera tu latido. Es el rabioso grito de Agueybaná, es la dulce mano tejedora de Mariana, es la inteligencia de Tapia y Eugenio María, la furia de Betances, es la tez curtida y negra del Maestro Albizu, es la bondad de Filiberto. Puertorriqueños, como tú.
Es ahí donde escoges tus versos favoritos, tu música predilecta, tu arte, tu cine, tu teatro, esa expresión que te dice la Patria que eres tú.


EL SEGUNDO CAMPO DE BATALLA ES TU COTIDIANIDAD.


Una vez ganada esa batalla, manifestarla en tu voz diaria, en tu quehacer, en tus predilecciones. Sabe que cada cosa que consumes enriquece a alguien. ¿A quién quieres enriquecer con el salario que te has ganado dignamente? ¿Al Imperio o a los tuyos? ¿Estás dispuesto a sacrificar "convicción" por "conveniencia" ? Es probable que entre los tuyos también haya usureros, pero tu sabrás, por la propia sensibilidad que te da tu sentido de Nación, quién en tu Patria merece que le apoyes. Pero poco a poco te darás cuenta que con algunas decisiones cotidianas enriqueces al que te oprime. Aprende lo que es el BOICOT. Niégate a consumir lo que te niega, niégate a enriquecer al extranjero que te quita. Niégate a ser partícipe de esa economía globalizada que aniquila la pequeña de tu país para fortalecer la del Imperio. La compra de esto, la elección de aquello, la omisión de esto otro, ¡la indiferencia por lo nuestro que empobrece tanto! Así, como ágil combatiente, deberá ser primera y única opción, dejar tu riqueza en tu país, en tu gente. Que tu gente necesita de tí y tú de ella. Que no necesitas la miserable dádiva del Imperio que intenta comprarte tus valores, sino que puedes luchar por lo tuyo sin tener que mendigar.
Líbrate de esa creencia colonizada de que todo lo extranjero es mejor que lo tuyo. Con esa creencia te haces esclavo, te haces imbécil.


EL TERCER CAMPO DE BATALLA ES LA EDUCACIÓN.


Y en ella debes tener como libro por el que se jura, que TU IDIOMA ES EL ESPAÑOL PUERTORRIQUEÑO. Sabe que no habrá más vergüenza para el esclavo que hablar la lengua del amo, y que tú no serás esclavo.
Que tus lecturas tendrán la prioridad de los que te describen, que tu arte será el que te expresa, que tu ciencia será la que te sirve, que tu cultura SERÁ LA QUE TE HONRA. Que hay un saber de tu Nación que es inmenso, que es limpio, que es extenso.


¡QUE NO NECESITAS HÉROES! NECESITAS EJEMPLOS. Y qué mejor ejemplo que toda la Historia que te habla.


EL CUARTO CAMPO DE BATALLA ES LA CALLE.


Si la tiranía se siente segura en su orden impuesto, entonces debes desnudar la inseguridad de su convicción. El que se protege es porque se siente inseguro. El que teme, es porque algo malo ha hecho.


Qué lugar más inseguro que nuestras calles, ¿pero qué mal hemos hecho para merecerlas así?. Esta inseguridad la provoca el mismo Imperio que quiere que te escondas, que quiere que lo necesites para protegerte.


Por ello hay que tomar las calles sigilosamente. No arriesgar a que te callen la voz por una torpe y temeraria indiscreción. Hay que tomar las calles CULTURALMENTE. Una calle puede tomarse una noche, con un pote de pintura en spray, y escribir en una pared el signo de tu lucha, el emblema de tu indignación, el grito de tu esperanza. Una calle se puede tomar en la parada de guaguas, lanzando al vuelo una frase de sensibilidad y aliento que hable al que espera cansado y meditabundo. Muchas veces el que está en silencio, conspira. Y tal vez solo necesita un camarada. ¡Y qué maravillosa conspiración se puede dar en una parada de guaguas!


Una calle se puede tomar provocando con nuestros hermanos camioneros un tapón monumental a las mismas doce del día, que detenga toda la economía por unas horas, y que en ese espacio, nos enteremos, bien por causa de nuestra molestia momentánea, o por nuestra declarada solidaridad, que el desenfreno que tiene este gobierno por ganar dinero para sus bolsillos no es infalible; también hay gente jodida y desesperada, de la que dependen estos voraces caníbales de nuestra Nación. ¡Jodámosle esa dependencia! Aún cuando el camión se mueva horas más tarde, ¡mañana es otro día!


Una calle se toma haciéndole saber al poder que él no tiene el único poder. Tan trascendental y necesario como asistir a la marcha o al piquete, es hacer y lograr por otros medios todo lo que una multitudinaria marcha propone. Ya nuestra historia ha probado a la saciedad que las calles no se toman por la cantidad de los manifestantes en una marcha, sino por lo justo de los principios. Las "mayorías silentes" no tienen principios.

                  
Si la tiranía ha aprovechado muy bien la doctrina del shock -esa que dice que cambias la conducta si provocas estados de shock en la sociedad, para que te hagan necesitar de la seguridad del estado- ¿por qué no podemos provocar schok a la tiranía, para que se vea obligada a solicitar la seguridad del pueblo?


La tiranía vive de percepciones, y cuando las percepciones de la CULTURA se tornan amenazantes, la tiranía se desespera. ¿Qué cosa más amenazante que un grafitti? ¿Qué cosa más amenazante que una canción popular, que una frase pegajosa de reggaetón, que una comedia de escarnio donde queden ridiculizados? ¿Un chiste vulgar, una consigna, un ingenioso insulto repetido… ¿Qué cosa más amenazante que un corto de cine donde se expongan las verdades, ¡que cosa más terrorífica que un comentarista radial que usa el ridículo para escarnecer a los políticos! Son cosas ante las que el poder no es indiferente. ¡Y qué me dicen de la tinta y las palabras! ¡Las mejores revoluciones de la Historia han empezado POR LAS PALABRAS!!!
Tal vez después de todo, no hay mejor arma de destrucción masiva que la libertad de expresión y la democracia misma.


En una REVOLUCIÓN CULTURAL no puedes conformarte con la mera expresión folclórica o pasiva de un producto cultural. La sola existencia de un producto cultural en una colonia, implica en sí misma la lucha por su propia existencia. Existe la creación porque existe un motivo. No basta la mera inspiración, o la mera complacencia. Esta es lógica y natural, pero no debe, en una situación de revolución, ser una instancia de conformismo. Si bien el arte existe porque sí, también el arte es un contenido, un cuestionamiento, una idea. ¿Para qué vamos a usarlos si no es en beneficio de un despertar común? ¿Cuántas veces no hemos dicho que el arte es un grito? ¿Contra quién y a favor de quién es ese grito?

EL QUINTO CAMPO DE BATALLA ES EL MUNDO.


¿Crees que el Imperio no tiene miedo de que su colonia se convierta en un infierno en el que no puedan "vacacionar" o "invertir"? ¿Cómo crees que le cae al gringo saber que su colonia es "políticamente inestable"? ¿Es cierto que lo somos? ¿No es la afirmación de una identidad cultural diferente una provocación a su creída estabilidad?
Sin tener que realizar acciones ilegales que comprometan la causa, la confrontación de nuestra cultura con la de ellos, la clara manifestación, sencilla y diáfana, de que nuestra cultura es oprimida POR LA DE ELLOS, será arma efectiva para provocar esa "inestabilidad" revolucionaria.


No es cuestión de hablar bien inglés para que el gringo se sienta bien en nuestros hoteles, es decirles en español, "lo siento, aquí no hablamos inglés".
Expresar a cada momento que nos sea posible, que somos lo que somos, no gracias a ellos, sino a pesar de ellos.


Y qué bien resulta esto con la utilización de los medios tecnológicos a la mano. Usar las mismas armas que el imperio provee. ¿O es que en medio de la guerra, no vamos a quitarle su arma al enemigo muerto? ¿Acaso el internet no nos provee para obtener los correos electrónicos de casi todos los medios de comunicación del planeta? ¿Por qué no tener una buena lista de medios y enviar continuamente mensajes a todo el mundo de lo que aquí ocurre? ¿Es que no sabemos que muchas de las cosas que aquí ocurren conciernen al mundo, crean opinión pública, y que el imperio y nuestra tiranía, en otros foros mundiales, es confrontado con ellas para su vergüenza? Si en una simple operación matemática, 2,500 amigos de facebook o de email, enviasen a su vez 1,000 mensajes de resistencia cultural, estamos hablando de 250,000 mensajes, que a su vez pueden reproducirse matemáticamente hasta el infinito.

Ya el poder no lo tiene quien domina el dinero. El poder lo tiene quien domina la información. Incluso el control sucumbe al poder de la información.

El mundo ya no queda lejos. Periódicos y blogs de todas partes reciben y transmiten información de lo que pasa, en todos los idiomas. Si el mundo sabe, lo saben también los que oprimen. Y temen. La reciente Huelga victoriosa de los compañeros universitarios ha sido el mejor ejemplo de ello.

EL ÚLTIMO CAMPO DE BATALLA ES EL MIEDO A LA REPRESALIA.

La paz puede permanecer interrumpida mucho tiempo. La represalia del poder tiene las armas y nuestra buena voluntad no tiene pólvora. Muchos de los mejores revolucionarios han vivido apegados a sus afectos, y cosa natural y humana, tales afectos humanos pueden verse amenazados si se tienta al poder en una abierta confrontación desigual. Como ya dijimos, no se necesitan héroes, sino hombres y mujeres que sean ejemplos. Sigilosos, inteligentes y silenciosos luchadores. La represalia siempre va a llegar y nos obligará a redoblar las fuerzas.


Seamos firmes y pacientes. A menos que no sea absolutamente necesario huyamos de la confrontación abierta. Tomemos como norte la desobediencia civil y la cultura militante. Es la lucha ágil y habilidosa la que da los mejores frutos. Aunque en toda lucha debe haber y son necesarios los leones, siempre las que triunfan son las hormigas.

La REVOLUCIÓN se logra en la continua manifestación de la CULTURA. La palabra es el arma. Aprovechemos nuestra violada democracia para hacer todo el uso que podamos de ella. Que habrá quién diga que la revolución no se hace con palabras, pues esos están usando palabras para negarla. Seamos inteligentes, sensibles, apasionados. La cultura mata la tiranía. La cultura es libertad.